viernes, 29 de junio de 2007

Que le hagan un monumento...



Santa Fe está minado de obras de arte callejeras, monumentos y edificios históricos que contribuyen a la construcción de nuestra ciudadanía. Pero no siempre le otorgamos la importancia que debemos y que realmente merecen.



La ciudad está poblada por un montón de «gente» que -a veces- no advertimos. No los vemos. Pero están, firmes desde sus bases.La provincia de Santa Fe tiene más de 30 obras arquitectónicas declaradas monumentos o lugares históricos nacionales, algunos desde 1942. Pero muchas otras obras han pasado casi desapercibidas hasta no hace tanto tiempo, cuando comenzó a entenderse el patrimonio como una valiosa forma de proteger el pasado y enriquecer nuestro presente. Las estatuas y monumentos santafesinos se erigen desde los confines del tiempo y desafían, sin moverse -claro, no?- toda clase de agresiones y olvidos.Es el caso del monumento a Juan de Garay. La obra es inspiración de los escultores Blas Salvador Gurrieri y Domingo Vaes Torres y fue inaugurada el 15 de noviembre de 1980. Mide 3.20 metros de altura, 1.10 metros de ancho y pesa 1900 kilogramos. Fue fundida totalmente en bronce en los talleres navales de Tandanor, en Capital Federal. La primera piedra fundamental fue colocada en el año 1905 en la Plaza España y la segunda se colocó en la misma plaza, pero durante el año1934.En 1962 el Intendente de Buenos Aires ofrece un molde de estatua del fundador de Santa Fe , aunque la concreción de la obra quedó paralizada hasta el año 1979, fecha en que las autoridades municpales resolvieron reactivar la inicitiva, conformándose una comisión pro-monumento, integrada por las fuerzas vivas de la ciudad. El material utilizado es bronce para la figura de Garay y el basamento está revestido con adoquines, al igual que la pendiente y las escalinatas del paseo en el cual se encuentra emplazado, que es frente a la casa de Gobierno, en el Paseo de las Dos Culturas, actualmente remozado y puesto en valor.Hay algo que a los santafesinos -según parece- nos cuesta mucho comprender y es que el patrimonio cultural y arquitectónico es lo único que les queda a las ciudades latinoamericanas como marca de su identidad. Y en Santa Fe, muchas veces, tiramos abajo todo: casas, monumentos, edificios, sin pensar que con ellos se va un pedazo de nuestra historia. Seguramente, es un tema que volveremos a abordar.

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