El "Funebrero de Barranquitas"

En el barrio de Barranquitas está el Club Chacarita. Fue sede de grandes Fiestas de la Cerveza y hoy va en busca de la vieja gloria perdida. Hasta Carlos Monzón supo frecuentarlo hasta sus últimos días.

En el Barrio de Barranquitas hay un funebrero. Pero nada tiene que ver con la muerte. Al contrario. Está vivo y con muchas ganas de seguir creciendo. Así lo comentaban algunos de sus parroquianos, como Renato Guilarducci, Nacho Juárez (Motoneta, para los amigos), Oscar Gotig, Rogelio Pereyra y José Alberto Ramírez.
El Club Chacarita de barrio Barranquitas, lugar por donde pasaron ilustres deportistas como el Zurdo Váquez, el Chino Ríos, González y hasta el mismísimo Carlitos Monzón, fue fundado un 30 de abril de 1939 por un grupo de vecinos del barrio. Pero no nació allí, donde se encuentra ahora, en Ecuador 3733. No, señor, el Chacarita de entonces estaba en Brasil y Ecuador, a un par de cuadras. Luego se trasladaron enfrente de donde están ahora y en la década del ’50 se instalaron en su definitivo emplazamiento.
Chacarita fue, desde sus orígenes un club futbolero. En sus equipos brillaron jugadores como el mismo Nacho Juárez, a quien le decían Motoneta por su gran velocidad, por eso, siempre se destacó como “wing derecho” y hasta llegó a jugar en equipos de Mendoza. En esos caminos también andaba un tal Leyes, que fue convocado para ir a Estudiantes de La Plata, pero el barrio fue más fuerte y todo quedó en la nada. Pero el que si llegó a la Primera de AFA fue Farías, que defendió por algunas temporadas los colores de la Academia Racing Club, hasta que le pegó la nostalgia y decidió volverse al pago.
Pero todo se cayó a pedazos. Es que los negocios del fútbol arrasaron con cuanto sueño amateur andaba por ahí. “…hoy nadie juega por la camiseta”, asegura Motoneta. Y eso caló hasta los huesos del funebrero.
Hoy las cosas cambiaron. La inundación del 2003 pegó muy duro al Club y sus socios. Costó levantarse, pero los 40 socios que hoy aportan 2 pesos cada uno por mes van por más. Quieren hacer una campaña de socios para juntarse con los vecinos y ser más fuertes. Hoy el salón está pintado y listo para alquilarse. Hoy Chacarita está de pie. Y junto a sus sueños,…más vivo que nunca.