lunes, 2 de abril de 2007

La fuerza de la amistad a puro bochazo



En el medio de María Selva, un ejemplo de cómo el esfuerzo y la perseverancia de un grupo de vecinos puede sostener un club, fuente permanente de historias e identidad.

El Club Social y Deportivo Villa María Selva está ubicado en el corazón mismo del barrio. Para ser más precisos, en calle Ricardo Aldao 2050. Apenas uno cruza la puerta de entrada puede sentir cómo lo invade una fuerza muy poderosa. Algunos, los que allí se juntan, aseguran que es la fuerza de la amistad. No lo sé, tal vez sea verdad. Lo cierto es que con gran amabilidad Domingo Guillermo Pagliero, Juan Marano y Enrique Brite comenzaron a relatarnos algunas historias y realidades del club. Comenzamos hablando de los comienzos, allá por finales de 1939. Exactamente el 11 de octubre. Un cuadro grandote, ubicado cerca de la barra del salón donde está el televisor, muestra una foto del primer localcito del club. Con gran nostalgia y orgullo está exhibido a todo el mundo. Como para que vean y comparen. Como para que traten de imaginar el tremendo esfuerzo que costó y cuesta tener lo que se tiene. Ahora se techaron los asadores, el salón de fiestas para 150 personas está impecable (ni hablar del más chiquito, el de arriba, donde entran 60), las canchas de bochas no paran de funcionar.Todo el día, todos los días del año y de todos los años se juntaron, se juntan y se juntarán a celebrar la amistad. Y eso lo engrandece. En él, 250 socios exhiben orgullosos su condición de tales. Las historias deambulan por todos los rincones. Nadie se olvida de todos los personajes que por allí desfilaron. Don Brieva, el más extrovertido (jodón, como le dicen sus amigos) nos aconseja que hablemos con Tomasito Sick. Él fue uno de los orgullos del club allá lejos en el tiempo, cuando se hacían las grandes carreras de bicicleta por el barrio María Selva, donde junto con Azarloza animaban las tardes a todo pedaleo. Pero, bueno, ya teníamos que irnos. Saludamos a todos y cruzamos la puerta de rejas. Y otra vez sentimos esa fuerza poderosa. La verdad es que ahora ni preguntamos, ya sabíamos qué era. Porque no nos engañemos, este Club es una celebración de amistad. Ni más ni menos.

El Club Social y Deportivo Villa María Selva se sostiene con los tres pesos que vale la cuota social y el esfuerzo permanente de todos sus asociados y amigos.

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