viernes, 29 de junio de 2007

El viejo «Molino Franchino»



El enorme edificio ubicado sobre Boulevard Gálvez es mudo testigo de viejas glorias pasadas. Hoy su estado es lamentable. La Provincia anunció que lo refaccionará y lo destinará a actividades culturales. Mientras esperamos el milagro, hacemos un poco de historia.
Como consecuencia de la importante actividad agrícola de la región, dentro del modelo de país agroexportador, en 1893 se inicia en la localidad de San Carlos Centro, el “Molino Santa Teresa”, de Boero, Lupotti y Franchino S.A. Éste traslada al año siguiente la sede industrial a su actual emplazamiento en la ciudad capital. Con el correr de los años cambia sucesivamente la razón social: “Molino ciudad de Santa Fe”, de Franchino y Lupotti Soc. Comercial y Colectiva a partir de 1914, “Molino Ciudad de Santa Fe” de Lupotti y Franchino Ltda. desde 1927, sociedad que terminaría en 1985, continuando hasta el final de su actividad con el nombre de “Molinos Franchino” SAyC.Parte del edificio original ya estaba construido antes de trasladarse la firma a Santa Fe y contaba con tres cuerpos principales y una chimenea cilíndrica hecha en ladrillos comunes a la vista. Dicho conjunto fue arrasado por un ciclón en el año 1920.La construcción del nuevo edificio, silos de ladrillo común y tres cuerpos adosados, estuvo a cargo del Sr. Peter Adolf, oriundo de Bavaria y especialista en la construcción de estructuras industriales con perfiles metálicos.En 1903 se anexa un desvío ferroviario para facilitar el transporte de granos del norte del país, extendiéndolo con posterioridad a la zona portuaria.En 1928 son reemplazados los antiguos motores a vapor por los eléctricos y, dos años más tarde, se anexa la planta elaboradora de maíz.En 1961 se produjo un incendio que obligó a la restauración de parte del edificio, construyéndose en 1973 los silos para embolse de harina. Finalmente se agregan el molino forrajero y las cocheras. En la actualidad, totalmente abandonado, con las vías del ferrocarril obsoletas y su conflictiva localización urbana, es memoria de aquel modelo de país agroexportador hoy desvanecido, al tiempo que identifica con fuerza el borde norte de Barrio Candioti y se constituye en un importante indicador ciudadano.Hoy las noticias nos hablan de su refaccionamiento y puesta en valor, y aunque por los pagos de Garay estamos acostumbrados a que nos «doren la píldora», seguimos soñando conque el viejo «Molino Franchino» renazca de sus cenizas. Ver para creer.


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