La masonería es una sociedad filantrópica, filosófica y progresista. Sus objetivos son: la exaltación y el perfeccionamiento de las más elevadas virtudes humanas.
La Orden asienta sus principios en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad y considera que el hombre puede alcanzar su realización a través de la Ciencia, la Justicia y el Trabajo (trilogía que constituye su lema). Estos ideales, que en el seno de nuestra Institución no sólo se expresan sino que se hacen realidad, fueron los que inspiraron a hombres de todos los tiempos a la hora de enfrentar y combatir regímenes opresores, despóticos o que negaban la dignidad de la condición humana.
Valiéndose de una tradición iniciática compuesta por símbolos y alegorías, el lenguaje masónico trata de operar en lo profundo de la conciencia para sacar a la luz aquellos arquetipos que distinguen a los hombres cabales. De esta forma la Masonería se erige en defensora del progreso de la humanidad, y se manifiesta acérrima enemiga de la ignorancia, el fanatismo y la codicia.
La Orden asienta sus principios en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad y considera que el hombre puede alcanzar su realización a través de la Ciencia, la Justicia y el Trabajo (trilogía que constituye su lema). Estos ideales, que en el seno de nuestra Institución no sólo se expresan sino que se hacen realidad, fueron los que inspiraron a hombres de todos los tiempos a la hora de enfrentar y combatir regímenes opresores, despóticos o que negaban la dignidad de la condición humana.
Valiéndose de una tradición iniciática compuesta por símbolos y alegorías, el lenguaje masónico trata de operar en lo profundo de la conciencia para sacar a la luz aquellos arquetipos que distinguen a los hombres cabales. De esta forma la Masonería se erige en defensora del progreso de la humanidad, y se manifiesta acérrima enemiga de la ignorancia, el fanatismo y la codicia.
La ciudad de Santa Fe no escapó a las corrientes políticas que actuaron en la Revolución de Mayo. Pareciera -según Lappas- que algunos de los integrantes de la Logia Lautaro "formaron con posterioridad a 1812 las "lautarinas o lautarias" de las ciudades de Santa Fe, Córdoba y Mendoza, en la Argentina" para proseguir luego en Santiago (Chile) y en Lima (Perú) su labor propagandística en favor de la Independencia. Fuera de este dato aislado, durante la época de las luchas civiles no hay noticias de la existencia de ninguna logia, política o masónica. Es recién después de Caseros cuando comienzan a proliferar estas asociaciones, imbuidas por el espíritu liberal imperante.
En 1857 surge la llamada Gran Logia de la Argentina, fundada en la ciudad de Buenos Aires, constituida por la unión de las logias Unión del Plata, Confraternidad Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración y Lealtad y Constancia. Esta Gran Logia, entonces presidida por el Dr. José Roque Pérez, ha perdurado hasta nuestros días. Figuraron entre sus presidentes, Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López y Leandro N. Alem. Y entre los Pro Gran Maestre, Leopoldo Lugones.
En Santa Fe, después de Pavón se logra fundar -en 1864- una logia denominada "Estrella del Progreso N° 21". Uno de sus propulsores -o fundadores- fue Nicasio Oroño. Este gobernante, al parecer, había ya actuado, siendo joven, en la formación de algunas logias en la ciudad de Rosario. Durante su gobierno -como es sabido- la sanción de las leyes de matrimonio civil, de cementerios públicos y el decreto de crear una escuela de agronomía en el convento de San Carlos (San Lorenzo), provocaron un largo pleito de carácter político-religioso. Con este motivo el obispo Gelabert manifestó que el gobernador había incurrido en la pena de excomunión. Oroño, por su parte, declaró mediante un decreto, como atentatoria a la soberanía provincial y nacional la protesta formulada por el obispo, ordenando que los antecedentes fueran remitidos a la justiFue su principal iniciador el Ilustre H. de Caminos, como así también su primer Venerable Maestro. Esta fecha (12 de julio de 1889) es considerada como la de la primera "tenida" (así llaman a sus reuniones) teniendo carácter ordinaria.
A este periodo de "inconstitución" sigue el definitivo, es decir, cuando el Gran Oriente establece la fecha mencionada como de la fundación o establecimiento oficial del Taller. Sus primeras autoridades fueron las siguientes: Venerable Maestro, D. Ignacio de Caminos; Francisco Vitali, como primer Vig.; N. Schiaffino, como 2° Vig.; Hermenegildo Basualdo, como Orador; Andrés Socias, Secretario; Juan Meldi, Tesorero; Pedro Petersen, Hospitalario; y José Lecour, Guardador de Sellos. El 25 de enero de 1890 este Taller, obtuvo su regularización y carta constitutiva. El 6 de enero de 1898 tuvo lugar la ceremonia de la colocación de la piedra fundamental del templo. Presidió el acto el Pod. H. Juan W. Richards (Grado 30); y el 24 de julio fue inaugurado el templo y el primitivo edificio social, situado en calle 9 de Julio 523, frente a la plaza San Martín (lugar que ocupa actualmente, desde hace casi un siglo).
En 1890 se crea, apoyado por la logia, un centro denominado Bernardino Rivadavia, y posteriormente un instituto cultural o ateneo. En octubre de 1891 se reúnen en sesión especial para recibir al "Ilustre H."Leandro Alem, quien llegó a Santa Fe en una de sus giras partidarias. En setiembre de 1894 los H.H. Juan W. Richards y Tomás de Panfils compran a su nombre, pero con destino a la logia, el terreno donde estaba el templo, en la suma de 6.000 pesos, aprobándose la compra. En 1895 y 1896, juntamente con las logias Unión y Trabajo de Paraná y las de Rosario, Esperanza, Sa Pereira, Reconquista y Cañada de Gómez se apoya un proyecto de ley de D. Nicasio Oroño relacionado con el Registro Civil. Al comenzar el siglo la logia Armonía, N° 99 colabora eficazmente con el grupo de hombres fundadores del Espíritu Nuevo, órgano periodístico de "El Libre Pensamiento", de reciente creación, que congrega -como lo dice el rótulo de la institución- a los librepensadores de la época. En el grupo fundador y redactor del nuevo periódico se observa la presencia del Dr. Raúl Villarroel, Luis Bonaparte, Dr. Mariano Quiroga, Dr. Horacio Rodríguez, Juan Julián Lastra, Víctor Pesenti, Carlos Alberto Leumann, Pro. José Amavet, Dr. Eduardo Gschwind, Dr. Miguel Trucco y Félix Barreto, entre otros. Se suman al grupo librepensador, numerosos egresados del profesorado de Paraná, y dirigentes de los movimientos obreros, sindicalistas, anarquistas y socialistas sólo alguno de ellos formaron parte de la logia masónica. Según los datos que se consignan en el "Álbum Biográfico de los Libres Pensadores de la República Argentina" editado por el periódico racionalista "El Progreso" en 1910 (Buenos Aires), la logia Armonía, N° 99 de nuestra ciudad, participó en la concreción de numerosas obras de bien público, destacándose entre ellas, la colaboración prestada para la creación del Colegio Nacional, la Escuela Normal, el hospital Italiano, la Sociedad Roma Nostra, la Universidad Nacional del Litoral y a otras obras de beneficencia en general.
La logia santafesina, también actuó con motivo de la sanción de la Constitución de 1921 en nuestra provincia. En efecto: en la sesión del 15 de marzo de ese año, reunida Santa Fe la Convención Constituyente, se dió lectura a una nota presentada por aquel Taller. Decía el acta: "La Logia Armonía de la capital de la provincia solicita la desvinculación de la Iglesia Católica con el Estado; se concedan derechos políticos a la mujer; se liberalicen los derechos electorales de los extranjeros; se mejore el régimen del trabajo para beneficio del obrero, y se desligue a la justicia de toda finalidad política". Apoyó también la logia otros pedidos formulados por la Biblioteca Popular Monteagudo, el Centro Provincial de Libre Pensamiento, la logia Unión y Libertad del Rito Escocés de Rosario, la Liga de Libre Pensamiento Comité Nicasio Oroño de San Lorenzo y otras logias provinciales.
A principios de siglo, 1905, para ser más exactos existían en nuestra ciudad tres logias masónicas: Armonía, Verdad y Vida Nueva. A este último Taller pertenecían los hermanos Bonaparte, el Dr. Villarroel, Coria, Gimelli y Vitali (según un recorte periodístico de ese año). También en 1905 tuvo lugar una interesante fiesta, con la cual los masones suelen celebrar el solsticio de invierno. Estuvieron presentes las tres logias mencionadas. El H. Repeto representa al Taller Verdad y el H. Vitali a Armonía. Alrededor de 80 comensales asistieron a la fiesta, servida por la confitería Los Chinos -dice el diario- "celebrando los progresos de la idea liberal". Hace un tiempo, hubo invitados a visitar el local que ocupa el Taller de calle 9 de Julio, frente a la plaza San Martín, presidido, entonces, por el V.M.H. Juan de Dios Ramos (33°).
La sede contaba con una nutrida biblioteca, formada sobre la base de una importante donación de libros del Dr. Raúl Villarroel. Lo que más le llamó la atención a los visitantes, fue el salón -o templo- destinado para las "tenidas" o reuniones, donde se podía observar una serie de objetos ceremoniales, cuyo uso proviene de las antiguas logias de la Edad Media. Cada cosa, desde el cielo raso hasta el piso, como así también el mobiliario, obedecen a una particular simbología -como es la disposición de todo en torno del número 3-; y cada objeto ubicado en un determinado lugar, tiene su razón de ser. Otros símbolos pertenecen a los rituales secretos, que se van conociendo a medida que el aspirante asciende grado o categoría. Al mirar el compás, la escuadra y otras piezas del oficio de la "construcción", llamado el Arte Real, el pensamiento se remontaba a las primitivas guildas medievales, con sus misterios y esoterismos. Y finalmente, les sorprendió - al revisar los libros de afiliados-, comprobar que gran parte de los ingresantes -conforme a su manifestación- pertenecían a la religión católica.
En 1857 surge la llamada Gran Logia de la Argentina, fundada en la ciudad de Buenos Aires, constituida por la unión de las logias Unión del Plata, Confraternidad Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración y Lealtad y Constancia. Esta Gran Logia, entonces presidida por el Dr. José Roque Pérez, ha perdurado hasta nuestros días. Figuraron entre sus presidentes, Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López y Leandro N. Alem. Y entre los Pro Gran Maestre, Leopoldo Lugones.
En Santa Fe, después de Pavón se logra fundar -en 1864- una logia denominada "Estrella del Progreso N° 21". Uno de sus propulsores -o fundadores- fue Nicasio Oroño. Este gobernante, al parecer, había ya actuado, siendo joven, en la formación de algunas logias en la ciudad de Rosario. Durante su gobierno -como es sabido- la sanción de las leyes de matrimonio civil, de cementerios públicos y el decreto de crear una escuela de agronomía en el convento de San Carlos (San Lorenzo), provocaron un largo pleito de carácter político-religioso. Con este motivo el obispo Gelabert manifestó que el gobernador había incurrido en la pena de excomunión. Oroño, por su parte, declaró mediante un decreto, como atentatoria a la soberanía provincial y nacional la protesta formulada por el obispo, ordenando que los antecedentes fueran remitidos a la justiFue su principal iniciador el Ilustre H. de Caminos, como así también su primer Venerable Maestro. Esta fecha (12 de julio de 1889) es considerada como la de la primera "tenida" (así llaman a sus reuniones) teniendo carácter ordinaria.
A este periodo de "inconstitución" sigue el definitivo, es decir, cuando el Gran Oriente establece la fecha mencionada como de la fundación o establecimiento oficial del Taller. Sus primeras autoridades fueron las siguientes: Venerable Maestro, D. Ignacio de Caminos; Francisco Vitali, como primer Vig.; N. Schiaffino, como 2° Vig.; Hermenegildo Basualdo, como Orador; Andrés Socias, Secretario; Juan Meldi, Tesorero; Pedro Petersen, Hospitalario; y José Lecour, Guardador de Sellos. El 25 de enero de 1890 este Taller, obtuvo su regularización y carta constitutiva. El 6 de enero de 1898 tuvo lugar la ceremonia de la colocación de la piedra fundamental del templo. Presidió el acto el Pod. H. Juan W. Richards (Grado 30); y el 24 de julio fue inaugurado el templo y el primitivo edificio social, situado en calle 9 de Julio 523, frente a la plaza San Martín (lugar que ocupa actualmente, desde hace casi un siglo).
En 1890 se crea, apoyado por la logia, un centro denominado Bernardino Rivadavia, y posteriormente un instituto cultural o ateneo. En octubre de 1891 se reúnen en sesión especial para recibir al "Ilustre H."Leandro Alem, quien llegó a Santa Fe en una de sus giras partidarias. En setiembre de 1894 los H.H. Juan W. Richards y Tomás de Panfils compran a su nombre, pero con destino a la logia, el terreno donde estaba el templo, en la suma de 6.000 pesos, aprobándose la compra. En 1895 y 1896, juntamente con las logias Unión y Trabajo de Paraná y las de Rosario, Esperanza, Sa Pereira, Reconquista y Cañada de Gómez se apoya un proyecto de ley de D. Nicasio Oroño relacionado con el Registro Civil. Al comenzar el siglo la logia Armonía, N° 99 colabora eficazmente con el grupo de hombres fundadores del Espíritu Nuevo, órgano periodístico de "El Libre Pensamiento", de reciente creación, que congrega -como lo dice el rótulo de la institución- a los librepensadores de la época. En el grupo fundador y redactor del nuevo periódico se observa la presencia del Dr. Raúl Villarroel, Luis Bonaparte, Dr. Mariano Quiroga, Dr. Horacio Rodríguez, Juan Julián Lastra, Víctor Pesenti, Carlos Alberto Leumann, Pro. José Amavet, Dr. Eduardo Gschwind, Dr. Miguel Trucco y Félix Barreto, entre otros. Se suman al grupo librepensador, numerosos egresados del profesorado de Paraná, y dirigentes de los movimientos obreros, sindicalistas, anarquistas y socialistas sólo alguno de ellos formaron parte de la logia masónica. Según los datos que se consignan en el "Álbum Biográfico de los Libres Pensadores de la República Argentina" editado por el periódico racionalista "El Progreso" en 1910 (Buenos Aires), la logia Armonía, N° 99 de nuestra ciudad, participó en la concreción de numerosas obras de bien público, destacándose entre ellas, la colaboración prestada para la creación del Colegio Nacional, la Escuela Normal, el hospital Italiano, la Sociedad Roma Nostra, la Universidad Nacional del Litoral y a otras obras de beneficencia en general.
La logia santafesina, también actuó con motivo de la sanción de la Constitución de 1921 en nuestra provincia. En efecto: en la sesión del 15 de marzo de ese año, reunida Santa Fe la Convención Constituyente, se dió lectura a una nota presentada por aquel Taller. Decía el acta: "La Logia Armonía de la capital de la provincia solicita la desvinculación de la Iglesia Católica con el Estado; se concedan derechos políticos a la mujer; se liberalicen los derechos electorales de los extranjeros; se mejore el régimen del trabajo para beneficio del obrero, y se desligue a la justicia de toda finalidad política". Apoyó también la logia otros pedidos formulados por la Biblioteca Popular Monteagudo, el Centro Provincial de Libre Pensamiento, la logia Unión y Libertad del Rito Escocés de Rosario, la Liga de Libre Pensamiento Comité Nicasio Oroño de San Lorenzo y otras logias provinciales.
A principios de siglo, 1905, para ser más exactos existían en nuestra ciudad tres logias masónicas: Armonía, Verdad y Vida Nueva. A este último Taller pertenecían los hermanos Bonaparte, el Dr. Villarroel, Coria, Gimelli y Vitali (según un recorte periodístico de ese año). También en 1905 tuvo lugar una interesante fiesta, con la cual los masones suelen celebrar el solsticio de invierno. Estuvieron presentes las tres logias mencionadas. El H. Repeto representa al Taller Verdad y el H. Vitali a Armonía. Alrededor de 80 comensales asistieron a la fiesta, servida por la confitería Los Chinos -dice el diario- "celebrando los progresos de la idea liberal". Hace un tiempo, hubo invitados a visitar el local que ocupa el Taller de calle 9 de Julio, frente a la plaza San Martín, presidido, entonces, por el V.M.H. Juan de Dios Ramos (33°).
La sede contaba con una nutrida biblioteca, formada sobre la base de una importante donación de libros del Dr. Raúl Villarroel. Lo que más le llamó la atención a los visitantes, fue el salón -o templo- destinado para las "tenidas" o reuniones, donde se podía observar una serie de objetos ceremoniales, cuyo uso proviene de las antiguas logias de la Edad Media. Cada cosa, desde el cielo raso hasta el piso, como así también el mobiliario, obedecen a una particular simbología -como es la disposición de todo en torno del número 3-; y cada objeto ubicado en un determinado lugar, tiene su razón de ser. Otros símbolos pertenecen a los rituales secretos, que se van conociendo a medida que el aspirante asciende grado o categoría. Al mirar el compás, la escuadra y otras piezas del oficio de la "construcción", llamado el Arte Real, el pensamiento se remontaba a las primitivas guildas medievales, con sus misterios y esoterismos. Y finalmente, les sorprendió - al revisar los libros de afiliados-, comprobar que gran parte de los ingresantes -conforme a su manifestación- pertenecían a la religión católica.